Actualmente somos internacionales y coincidimos todos demasiado poco: unos están lejos, otros trabajan demasiado, otros casi siempre tienen otros planes, otros casi siempre llegan tarde... Éste es nuestro espacio renovado para mantenernos en contacto y contarnos lo que nos apetezca; sin distancias, sin jefes, sin compromisos y sin relojes. // Actualment som internacionals i coincidim tots massa poc: uns estan lluny, altres treballen massa, altres gairebé sempre tenen altres plans, altres gairebé sempre arriben tard ... Aquest és el nostre espai renovat per mantenir-nos en contacte i explicar-nos el que ens abellisca, sense distàncies, sense jefes, sense compromisos i sense rellotges.

jueves, 30 de septiembre de 2010

ADRIÁTICO - Día 6

Zadar-Pula (344 km)

La sospecha de la noche anterior se hizo realidad y algunos nos levantamos peor de lo que nos acostamos, sin haber podido pegar ojo y con la sensación de haber sido atropellados por un camión. Fuimos a desayunar al hotel con una mañana preciosa, y decidimos quedarnos un ratito en la playa, aunque por la transparencia y la calma más parecía una piscina. La mañana se fue nublando, y algunos aprovecharon para echar una siestecilla en la tumbona y otros para ir despejándonos.
Movimos la sentada playera para ir a Zadar ciudad, a comer y a echar un vistazo. Prometía mucho, y a mí me recordó a primera vista a Saint-Malo, siendo una peninsulita amurallada. Pero al pasar las murallas descubrimos que quitando de algunas calles, lo mejor que tenían eran los escaparates de las heladerías. Mucho resto romano pero poca puesta en valor... una lástima. Y el órgano del mar, el malecón creaba música con el oleaje. Y una placa fotovoltaica gigante captaba energía que por la noche, dicen, se transformaba en una pantalla de luz... No llegamos a verlo porque tocaba ya la escisión del grupo en los que podían disfrutar de más vacaciones y del sur de Croacia, y los que no. Yo estaba en el segundo grupo, así que nos marchamos de vuelta al norte, hacia Pula, en la península de Istria.
Lola, lo siento pero se acaban las crónicas que te incumben ;) jaja
Y nada, cogimos el coche y carretera... la pena fue que la zona de carretera panorámica ya lo hicimos de noche :( Y nos perdimos un poco por Pula porque Marta no sabía muy bien dónde estaba el albergue... Al final, con un plano que conseguimos en un hotel, llegamos. Dejamos los trastos en la habitación que compartíamos con una señora australiana y nos fuimos a cenar algo y a descubrir Pula, mucho más agradable que Zadar. Un anfiteatro romano junto al mar, templos y arcos diseminados por la ciudad, ambiente mediterráneo de noche de sábado, calles llenas de vida... y nosotros derrotados. Así que nos volvimos al albergue y nos pasamos una noche de exaltación de la amistad a la orilla del mar a faire des ricochets (no sur le canal St.Martin sino sobre el Adriático) y divisando la tormenta que se avecinaba.

5 comentarios:

Bala perdida dijo...

Las piñas se acercan.....tchan tchan

lola dijo...

Oooooohh!Qué lástima de escisión!En fin, habrá que hacer otro viaje para volver a aparecer en una crónica. Cuándo?jeje

Raquel* dijo...

jaja...
habrá que estudiarlo ;)

q miedo, bala, piñas acechantes!

Marta dijo...

ay, cuidado con las fotos a los escaparates bonitos.. parecen inofensivos pero a la que te despistas te quedas sin cámara :S

Por cierto, un día de estos me tenéis que explicar por qué vuestro tomtom se llama como yo, vale?

La crónica, muy chula, como siempre :P

Sileno dijo...

Con crónicas así no necesito tener memoria... Gracias Raquel!!